EL BALANCE REAL DE LAS PROPUESTAS HISTORICAS DEL EMPRESARIADO VENEZOLANO
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Habiendo transcurrido siete meses del 2023, y mientras el país se llena de consideraciones numéricas alusivas a lo que la economía nacional ha registrado a lo largo de dicho período, sencillamente, la Venezuela de trabajo se manifiesta descriptivamente con base en expresiones  casi exclusivas de lo que críticos, analistas, académicos e historiadores, entre otros, consideran que ha sucedido en cuanto al compendio de esfuerzos, como de resultados y respuestas. No así del rol y efecto de las demás evaluaciones  subjetivas que se hacen sentir, y  muchas de las cuales, desafortunadamente, pasan a ser desestimadas en el alcance del efecto, a lo largo del lapso analizado, y que no fueron considerados en sus planteamientos iniciales.

¿A qué viene esta reflexión de propósitos subjetivos, pero que son necesarios para que las múltiples propuestas que se formulan desde el ámbito de lo económico registren efectos aprovechables?

Si  lo que se requiere es entender el alcance de esas mismas propuestas, y de que el país logre desempeños ajustados a lo que se necesita, entonces, el tratamiento tiene que guardar un mínimo de objetividad. Pero, además, hacer posible el entendimiento de los objetivos de la Nación, y admitir que los participantes del esfuerzo no son un accidente, sino agentes de esfuerzos y de trabajo dirigidos a la consecución eficiente de lo que equivale y traduce el accionar de los agentes comprometidos con lo económico de la Nación.

Emerger con este razonamiento desde el seno de la Cámara Nacional de Comercio de Autopartes (Canidra), no es precisamente un despropósito histórico. Constituye, por el contrario, una expresión propia de una organización empresarial que registra la representación descriptiva de lo que significa la organización de casi 60 años de vida gremial, y que por estar relacionada con los máximos organismos gremiales del empresariado venezolano, se manifiesta cargada de trayectoria comprometida con lo que se ha hecho, pero también se ha dejado de hacer en materia de esfuerzo acometido desde el alma de la empresa privada venezolana.

De hecho, cuando todavía la llamada representación empresarial que se desarrollará desde el 2023 hasta el 2025 no ha definido la estructuración de los equipos de trabajo, y las representaciones del llamado liderazgo apenas se están dirigiendo a cumplir con el acercamiento con la estructura administrativa del Estado, las expectativas del momento también añaden otra inquietud. Y se trata de en qué y cómo se manifestará en hechos dicha relación, como en la posibilidad de darle espacio a la conjunción de voluntades del trabajo compartido entre la empresa privada y el Estado.

¿Cómo hacer empresa, acometer riesgos financieros, promover fuentes de trabajo y ofrecerle respuestas a una ciudadanía que necesita la satisfacción de necesidades de origen nacional o internacional, si las relaciones entre los agentes públicos y privados no se manifiestan en los esfuerzos compatibles con propuestas firmes y de amplia trayectoria?.

Tales inquietudes, desde luego, suman un componente que no se puede obviar en su importancia y alcance. Y se trata de las nuevas propuestas que ha formulado el empresariado formal y organizado del país durante los dos últimos años. De hecho, cuando el máximo organismo empresarial venezolano ha expuesto y formulado propuestas alrededor del “Camino al Futuro”, lo hizo citando que el empresariado lo que plantea es que el país se proyecte apelando a posibilidades reales, de lo que traduce el alcance de un nuevo modelo de desarrollo, además de roles y responsabilidades.

Si bien es cierto que el peso de esta serie de propuestas tiene que pasar a influir en los cambios que demanda y necesita la Nación, los mismos no pueden pasar a ser solamente el registro de  consideraciones accidentales e irrelevantes. Por el contrario, y que es lo que Canidra ha expuesto históricamente, Venezuela demanda, porque así lo necesita, es un proceso de avanzada y de proyección continua. No en atención a situaciones momentáneas, como se ha estado exponiendo desde el punto de vista político, y que desestima la importancia del rol empresarial nacional. Sí en respuesta a lo que significa y traduce la posibilidad competitiva dentro y más allá del territorio nacional.

Desde luego que la recurrencia a las posibilidades que ofrecen los entendimientos políticos, sin duda alguna, no pueden excluirse, y más si los mismos pudieran estar llamados a intervenir en cambios internos, como en alianzas internacionales. Pero dar pasos con ese propósito sin reconocer el rol que le corresponde desempeñar a la empresa privada, pudiera convertirse en un hecho de efectos irrelevantes. Es decir, en repetir o reeditar experiencias que no han trascendido lo que traduce el propósito de la competencia internacional, por sólo citar aquello que, poco a poco, ha comenzado a  dar pasos de avanzada.

La representación institucional de la empresa privada venezolana, a lo largo del tiempo, ha registrado una serie de propuestas y de pasos que han arrojado resultados y efectos innegablemente positivos. Pero, definitivamente, ahora tiene ante sí posibilidades de avanzada que, en gran parte, también depende precisamente de lo que las autoridades se hayan planteado en atención a la importancia de los cambios y competencia que les corresponde asumirlo como el todo que se llama Venezuela. Pero ¿es posible la convergencia de partes?, ¿La integración sincera de aliados y de alianzas?.

Hay un balance real de las propuestas que la empresa privada del país ha formulado a lo largo de la historia, en atención a lo que equivale y traducen los cambios económicos de la Nación. Y es precisamente allí en donde ahora se crean y promueven las nuevas expectativas que la empresa privada ha venido reflexionando, como sugiriendo cambios e innovaciones que pueden ser las respuestas que se necesitan para impulsar la evolución que se no se le puede dejar a merced de las ocurrencias fortuitas. De hecho, cuando la propia Cámara Nacional de Comercio de Autopartes se ha propuesto acometer competencia comercial  dentro y fuera del territorio nacional, con la celebración de Exposiciones que incluyen la participación del oferente internacional, se lo está planteando como un propósito de cambios dentro y fuera del territorio nacional.

Edecio Brito.

Brindar a los empresarios un espacio donde puedan relacionarse con marcas nacionales e internacionales para nuevos negocios.

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